MARENA en las actividades de monitoreo del Área Protegida Parque Nacional Cerro Saslaya, con los Guardas de Áreas Protegidas y Observadores Ambientales Comunitarios, han hecho una observación de una especie muy importante: el águila arpía (Harpia Harpyja).

Esta especie vive en extensiones ininterrumpidas de bosques tropicales lluviosos, necesita grandes extensiones de terreno no perturbadas por los humanos que alberguen a sus presas. Estos pueden ser monos, perezosos, por lo que podemos decir que es un indicador de la salud de la flora y fauna del Cerro Saslaya; debido a que se encuentra en la cima de la cadena alimenticia.

La presencia de esta ave en un lugar indica que todas las especies presentes en el ecosistema están en total equilibrio.

Así mismo, el ave arpía habita en climas cálidos o semi cálidos con buen porcentaje de humedad; generalmente en altitudes de hasta 900 metros, aunque hay quien habla de avistamientos en hasta 2 mil metros sobre el nivel del mar.

Esta ave arpía es enorme y robusta; de patas fuertes y grandes, dorso y banda pectoral y cresta dividida. Tiene cabeza gris claro, partes inferiores blancas con muslos y flancos barreteados color negro.

Las dimensiones promedio de la hembra de la arpía son 1 metro de largo, 2 metros de ancho en los extremos de las alas; y un peso medio de 7.35 kg.56, y es una de las águilas más grandes del mundo.

Son monógamas, viven entre 35 y 45 años, lo que significa que una pareja de Águilas Arpía puede permanecer junta de 25 a 30 años. En vez de migrar, se quedan en un lugar y delimitan claramente su territorio, prefiriendo áreas con árboles altos que les proporcionen suficiente alimento.

Un equipo especializado del MARENA sale este miércoles hacia la reserva Bosawás equipado con drones para tratar de encontrar a la madre del polluelo encontrado; ya que es un hallazgo único en Nicaragua.

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